Respaldo

 

"No puedes escapar."

Respaldo

El asesinato en serie de millonarios, amigos de Bruce Wayne de sus tiempos de mayor poder adquisitivo lleva a Batman y Robin -Tim Drake, que regresa por tercera vez a tomar la capa amarilla- a una fiesta en la que se desvela que ha sido parte de un plan de exterminio organizado por el Pingüino, como parte se una última venganza contra el sector social que sólo lo soportó y jamás le brindó aceptación real en su entorno. Curiosamente, el propio Cobblepot se encuentra agonizante por intoxicación con mercurio y se administra una última dosis letal suicidándose enfrente del Encapotado, situación que genera una falsa acusación de asesinato por parte del héroe.

Esta incriminación póstuma del villano activa no sólo la persecución policial y judicial, sino la activación de un inmenso robot dotado de tecnología de punta dispuesto a detener a Batman a como dé lugar. Su nombre es Respaldo y para sorpresa de nadie -por más que la historia quiere generar un poco de misterio al respecto - fue diseñado por el propio Caballero de Gotham para detenerlo en caso que hiciera falta, y su desactivación en caso de noticias falsas corría por cuenta de Alfred, cuyo deceso impidió tomar cartas en el asunto. La pregunta lógica es ¿no había un método de seguridad para apagarlo por el propio creador, que siempre tiene veinte planes de contingencia a mano?

A partir de aquí sólo veremos un despliegue de peleas de varios superhéroes de la batfamilia como de la propia Liga, algo que si bien suena a fan service, un servidor también considera que es absolutamente lógico. De hecho ¿por qué no suelen auxiliar a Batman en circunstancias en las que es sobrepasado, aún pese a su obstinación?

Probablemente el momento más interesante es la conversión nuevamente del protagonista a su versión de Zur-en-Arr, pero no deja de ser un sinfín de luchas donde la mente de éste en un robot vence fácilmente a cualquiera que se le ponga encima sin importar que sea kriptoniano, marciano, atlante, thangariano o lo que sea.

Chip Zdarsky inicia su periplo con una historia más sobre la omnipotencia del personaje no tanto en sí mismo como en su versión "mejorada" tecnológicamente y que contribuye a la glorificación de éste. Afortunadamente no llega a los extremos soporíferos de Snyder, porque brinda una lectura amena y sin exceso de globos de diálogo.

Jorge Jiménez hace un más que notable trabajo gráfico, mejorando el disfrute de una aceptable trama del montón.

Nota personal: 6