La guerra de las bromas y los acertijos




 "No somos monstruos...la mayor parte del tiempo."

Riddler 


Si bien Gotham fue un enorme campo de batalla a lo largo de su historia reciente, es probablemente poco igualable la cantidad de muertos y heridos no provocados por eventos naturales que dejó como saldo la guerra de poder entre el Joker y Riddler. Al fracasar una alianza conjunta para deshacerse del Murciélago, en los albores de su lucha, decidieron crear sus ejércitos de villanos, completamente igualados.


Tenemos entonces a un Joker sádico pero sin bordear los extremos que hemos visto antes, que hace bromas y no ríe, sintiéndose fastidiado con un aspirante a quitarle la gloria. Por otro lado, Riddler es el gran estratega, con el don de la oratoria y la habilidad de manipular la información, anticipándose continuamente al príncipe payaso del crimen.


Y si bien vemos escenas increíbles como una de Deadshot y Deathstroke enfrentándose y destruyendo media ciudad ante la paridad táctica y armamentista, o un rejunte de villanos aunando fuerzas por uno de ambos cabecillas, no es el más brillante el que se luce en esta historia, sino uno de los más olvidados, menos desarrollados en su momento y meramente temáticos al ser creado. 


El Hombre Cometa es, entonces, un criminal de poca monta que es subestimado, bastardeado y ninguneado, y a quien Riddler usa en su provecho, asesinando a su hijo mientras remontaba un barrilete, motivo por el cual honra su memoria con tal traje y uniforme. El matiz trágico y una motivación firme de venganza lo convertirá en la piedra angular de la victoria de Batman y una cuchillada al ego de quien se siente una mente maestra.


Toda la historia está enmarcada en Bruce Wayne refiriéndose a Selina a este episodio como aquel en el que debió tomar una decisión terrible que necesita que sepa, pero que no dejará de ser un mcguffin para narrar una interesante lucha entre dos archienemigos con un desfile de secundarios de lujo.


Una lucha en la que ni Gordon ni Bruce Wayne logran llegar a una negociación y en la que Batman se ve obligado a tomar partido de uno de ellos, a fin de desequilibrar una balanza que sigue contando víctimas.


Tom King desarrolla una trama intensa en tiempo pasado, que logra ser bien aprovechada por el trabajo artístico de Mikel Janín y Clay Mann. El trabajo es exquisito, por sobretodo en las apariciones del conjunto variopinto de amenazas.


Y un tema no menor, es que en el cierre de la remembranza, Selina Kyle responde afirmativamente a la propuesta matrimonial de Bruce Wayne.


Nota personal: 9




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