La gran quemadura

 



"Cada día sin ella es como el dolor de un miembro fantasma: está aquí y no está, si eso tiene algún sentido... y todo gracias a Harvey Dent ."

Erin McKillen


Las familias criminales de Gotham se han reunido furiosas por el gran protagonismo que han tomado los delincuentes con disfraz, monstruos psicóticos que han cambiado las reglas del juego en sus actividades. Por ello buscan iniciar una guerra contra el que más daño les ha causado desde antes incluso de convertirse en uno de ellos: el ex fiscal Harvey Dent.


Erin McKillen, irlandesa heredera única de un imperio mafioso, quiere encabezar esa vendetta personal, llegando a pedir protección a su amigo de la adolescencia Bruce Wayne, solicitando que utilice su influencia en Batman Inc para conseguir un héroe a su servicio. 


Así, iremos conociendo que el célebre villano tiene una historia de creación diferente a la que conocemos. En los Nuevos 52, Harvey Dent era el abogado de la familia McKillen, quien ayudaba a sobreseer a las gemelas Shannon y Erin de sus contínuos ilícitos, pero que era mantenido entre la espada y la pared para darle legitimidad a negocios deshonestos y cubriéndo con tecnicismos. Un grupo de ciudadanos encabezado por Bruce Wayne lo convenció de presentarse a la fiscalía sabiendo que al conocer todos los vericuetos legales y secretos del hampa sería el aliado idóneo y converso. Violando la confidencialidad abogado-cliente logró que ambas hermanas cayeran presas, situación que Shannon no soportó y decidió ahorcarse en prisión. Erin entonces decidió ir por su ex defensor, asesinó a su esposa Gilda y le virtió ácido en el rostro para que también perdiera una mitad de sí, como le ocurrió a ella.


La obra es todo un ensayo sobre la dualidad, algo que se percibe desde el guión de Peter Tomasi donde continuamente se ve a los personajes obligados a tomar una opción de dos, pero también en el espectacular arte de Patrick Gleason, incluyendo un final con solamente dos colores en las viñetas. También es destacable el valor simbólico del comienzo donde casi todos los personajes tienen su rostro tapado en la mitad por distintos elementos (una sombra, una almohada, espuma de afeitar).


Hay un dato no menor que acontece durante el clímax y es que Dos Caras llama Bruce a Batman, demostrando que siempre supo quién era y por algun motivo personal, llámese códigos, confidencialidad o capricho jamás lo revelará.


Durante este arco, la serie pasó de llamarse Batman y Robin a Batman y Dos Caras. Igualmente, en el comienzo ya se deja saber cómo continuará tras este episodio, cuando Alfred informa que han vaciado las tumbas de Damian y Talía, a lo que el propio Encapotado refiere que se ocupará una vez que termine el caso en el trabaja en esta ocasión.


La primera vez que leí esta obra me quedé prendado de la trama, mientras que al mismo tiempo me fastidiaba el cambio de origen de uno de los personajes más emblemáticos y cuya formación uno conoce de memoria. Sin embargo, debo reconocer que entre cómics, series, películas y videojuegos he visto diferentes causas de la célebre deformidad como también varios responsables de la misma.


Y si bien me molestaba que modificaran una parte que siempre consideré intocable y la profanaran, no dejo de sentir que este nuevo origen es realmente bueno, efectivo y creíble, consolidando más la faceta criminal de un personaje que pasaba de ser un agente de la ley en un capo mafioso abruptamente y con notable éxito.


Me dí cuenta que tenía sentimientos de apreciación y desprecio contradictorios por la obra... y eso me hizo convencerme de lo buena que es. Porque así es como se siente Harvey Dent.


Nota personal: 9







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