La ascensión de los hombres murciélagos

 



"Batman y yo estamos para dar forma a los héroes que quizá lleguen a ser..pero necesito que entiendan algo. Se han ganado la confianza de Batman. No se ganaron la mía."

Batwoman


Jean Paul Valley, Azrael, ha sido brutalmente atacado y ese hecho lleva a a Batman a contactar a su prima Kathy Kane, también conocida como Batwoman para ponerla al día de una situación: existe un número de drones que están vigilando a los defensores de Gotham y él la necesita para un nuevo proyecto. Está convencido que con su liderazgo natural y sus dotes militares (que su propio padre el Coronel Kane ha pedido que use en su servicio) puede ayudarlo a formar y a entrenar un equipo comando de élite contra ese enemigo al acecho.


¿Quiénes conforman ese equipo? Tim Drake, el Red Robin, cuyo nivel estratégico rivaliza con el del propio Murciélago y debe ser el teniente que la secunde. Stephanie Brown, Spoiler, a quien el propio Batman reconoce haber subestimado anteriormente y que jamás falla en determinación y espontaneidad ante la adversidad. Casandra Cain, la mejor combatiente cuerpo a cuerpo que conoce, que actualmente viste como en su época de Batgirl pero se hace llamar La Huérfana. Y Clayface, el ex actor Basil Karlo que ejerciera como villano y cuyas cualidades pueden resultar útiles, siendo alguien que no quiere de por sí hacer el mal.


Es notable lo bien que se ha formado este equipo, las dinámicas funcionan a la perfección, Batman es sólo un personaje más y el protagonismo lo irán rotando, luciéndose todos en cada caso, algunos recobrando la gloria perdida por autores ansiosos de eclipsarlos con personajes de su propia factoría.


Clayface funciona como aliado y alivio cómico, que por momentos es más que necesario. La relación sentimental de Steph y Tim aporta una humanidad necesaria y motor para ambos para progresar. En particular, quienes amamos esta pareja y por todo lo que pasaron odiamos la nueva orientación que dieron al Red Robin hacia la bisexualidad con un novio sólo para captar nuevo público. Aquí funcionan muy bien, complementando sus caracteres.


Pero si hay alguien que se lleva los laureles haciendo avanzar la trama es Batwoman, convertida en la líder forzada ante el secuestro de Batman por el grupo paramilitar que estaba vigilándolos ... ¡Y descubriendo que su líder es su propio padre, que ha desarrollado un ejército encubierto inspirado en el Murciélago con misiones militares a lo largo del mundo!


El rescate del gran jefe es una de las mejores secuencias de acción que haya visto, en la que deben enfrentarse a un enemigo que no desea serlo sino tomarlos como sus propias huestes para acabar con supuestas células dormidas en la ciudad. Y cuando Batman llama al mismísimo Presidente para denunciar la existencia de esta organización encubierta, su tío Jake las envía a exterminar todos los objetivos posibles en Gotham. 


En una situación completamente desesperada, con drones dispuestos a disparar civiles sospechosos a mansalva, Tim toma la más radical de todas las decisiones: sabiendo que no puede impedir que disparen hace que todas las naves vayan exclusivamente por él. Una medida heroica, radical, kamikaze y eficaz que consigue impedir la masacre... produciendo una interna.


La noticia del exterminio del Red Robin destruye el ánimo de la unidad y nos regala una de las más fuertes imágenes que yo haya visto de Batman: abrazando con una angustia descorazonada a una Stephanie Brown destruida en llanto por la terrible pérdida que ambos han tenido.


Sin embargo el autor nos tiene un truco reservado: Tim Drake se encuentra en una oscura prisión, en algún lugar sin que se vea mucho de sus captores. Ese guiño a que el lector sepa más que los protagonistas le otorga una cuota de diferenciación con la constante costumbre de matar secundarios y revivirlos.


James Tynion IV nos regala una montaña rusa de emociones donde la diversión, la aventura, el suspenso y el dramatismo juegan armónicamente en una historia apasionante. Nada para reprochar y mucho para agradecer por soltarse y dar lo que mejor se le da, demostrando un conocimiento real de personajes que fueron injustamente desdibujados en su momento.


El arte de Eddy Barrows, Alvaro Martinez Bueno y Al Barrionuevo está más que a la altura, creando momentos que realmente podrían definirse como icónicos.


Una excelente etapa que merece ser conocida y difundida.


Nota personal: 10





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