Final del juego
"Esta vez no habrá más juegos... ni más bromas. ¡Estoy aquí para darnos un cierre? Antes pensaba que podíamos pasarla bien, aunque me equivocaba. Te volviste aburrido."
El Joker
Bruce Wayne está terminando de instalarse en la Torre Wayne y de la ventana aparece Wonder Woman y se lo lleva volando para matarlo. De hecho, puede retorcerle el cuello sin más y nos ahorraría hojas enteras, pero como estaba frente a Alfred y su hija, lo saca de allí. Afortunadamente, él es Batman y está preparado para todo incluyendo que la Amazona lo ataque, ya que tiene un robot o algo sí que compró en el mercado negro de la magia con lo que le genera una ilusión óptica que le creer que acabó con él. Entonces aparece Flash también con las mismas intenciones homicidas o eso suponemos porque sólo lo vemos correr, pero Batman usa no sé qué que compró una vez y le salió carísimo pero era para vencer a su aliado por alguna razón. Hizo bien, ya que se salva del hombre más rápido del mundo en sólo una página. A esta altura es evidente que la Liga de la Justicia se volvió malvada y va por él, y uno no se pregunta por qué pasa, sino que se pone a ver cómo vienen uno a uno los máximos héroes de la historia para ser vencidos por Batman que es el más capo de todos ya que de paso le dan tiempo para que implemente sus planes de contingencia. Se volvieron malvados, pero notablemente equitativos con un ser humano en desventaja.
Por supuesto, el duelo final tiene que ser contra Superman, quien siempre será el más grande idiota cuando luche contra el dueño de la cabecera, porque ahora el Encapotado tiene soles rojos microscópicos en su guante (en serio) que por lo visto emiten luz con gran intensidad pese su mínimo tamaño, si Scott Snyder dice que sirven para vencer a Superman ¿quién soy yo para discutir? Igual, el kriptoniano se ríe como idiota y entonces descubrimos que está infectado por el Joker.
El Joker, pues, ha doblegado a la Liga de la Justicia (¿importa cómo?), y en vez de apoderarse del mundo o algo más productivo, prefirió usarlos para que ataquen a Batman. Luego, el Murciélago va a Arkham, que fue demolido recientemente, y un empleado de allí que conocimos en la lectura anterior resulta que era el Príncipe Payaso del Crimen disfrazado. Volvió, con cara de loco y se ve que se repuso de ir andando sin rostro. Bien por él.
Todo lo que sigue es una suma de despropósitos, golpes de efecto sin más, agujeros de guión sin asomo de costura y el verdadero arte de sacar a los personajes de su personalidad en haras de dar un espectáculo. Por ejemplo, veremos que el Payaso ha difundido un virus que vuelve a todos risueños homicidas, que le clavan un hachazo en el pecho a Gordon y no le pasa nada, que el Joker le corta la mano a Alfred porque sí, que Batman que le pide a Red Hood, Red Robin, Nigthwing, y a todos sus aliados que no interfieran en el caso para no ponerse en peligro (¿o será para no quitarle protagonismo y heroísmo a su victoria?) pero parece con Alfred y su hija le alcanzan para la lucha, luego pidiendo ayuda a la Corte de los Búhos, solicitando a Poison Ivy, Mr Freeze, Clayface que luchen contra el desfile que ha organizado el Joker y todos ayudando amablemente... Y todo para llegar a la cima de la incongruencia, el sumum de la ilógica y la defecación pública de Scott Snyder sobre el legado del villano creado por Jerry Robinson y Bill Finger: nos enteramos que el virus proviene del cuerpo del Joker mismo y que el villano que conocimos tantas veces ¡¡es inmortal y está desde hace siglos en Gotham!! ¡Sí, en la época colonial le llamaban El Hombre Pálido, de hecho! Y bueno, ni vale la pena continuar resumiendo la interminable secuencia de pavadas que por cierto se vuelven ilegibles y hartantes por la gran cantidad de palabras, de dialogos y monólogos. Cada vez hablan más los personajes. Por cierto, Damian no aparece ni se lo nombra en ningún momento. Ahora que revivió y después de todo lo que pasaron juntos, parece que nunca existió para el guionista. Y eso jode.
En este suplicio baste con resumir con que se terminan dando golpes en una cueva y quedan los dos hechos pedazos, o al menos desmayados y se supone que murieron juntos (siii, seguro.) De hecho, hasta el propio Murciélago afirma que se va a quedar a dormir allí con "su amigo". El Encapotado tampoco puede irse de la tendencia de guión, de actuar cada uno como si fuera otro.
Y otra vez Gotham se queda sin su defensor, sin que nadie se cuestione la repetición de fórmula de un evento masivo y que saliera en los noticieros muy recientemente a la fecha de esta publicación y mejor llevado por Grant Morrison. Al contrario, el aplauso de la crítica y el fandom le aplica una capa de asombro ante una supuesta movida magistral de un genio de inspiración inacabable. Hay gente fanática de esta historia. Muchos incluso han publicado en reseñas señalando que es de lo mejor que se ha hecho sobre el villano. También hay personas que comen bolitas de naftalina y eso no las vuelve deliciosas.
Sólo destaco la calidad gráfica de Greg Capullo, artistas de innegable calidad, que logra darle el tono de gore que requiere el guión, sin que tampoco me divierte o estimule una historieta simplemente porque chorree sangre.
No encuentro un sólo punto destacable en la trama. Nada. Todo lo que no me gusta de los extremos que asignan a Batman algunos fans está aquí: omnipotencia de los protagonistas, superioridad por encima de los verdaderos super poderosos, comportamientos de personajes impropios de cómo suelen ser, y todo en una lectura lenta, larga y sobredosificada de explicaciones que no explican nada, entorpecen la acción y aburren. Estamos ante una porquería pasatista que funcionaría en una serie animada, pero que al intentar darle un tono de seriedad la arruina por completo.
Hay cómics pésimos de Batman. Malísimos, que no resisten una crítica justa. Pero están hechos con menos pretenciones, algunos han sido borrados del cannon o enmendados en historias siguientes. Final del juego no tiene defensa objetiva, al menos para los que creemos que el Bromas de Heath Ledger no es la versión más edulcorada de él y que debe ser cada vez más maníaco, más cruel, más poderoso y que como viene la mano dentro de poco pueda ganarle a Darth Vader con una mano atada. Otra cosa imperdonable para mí es que se vendiera esa obra como el plan definitivo del Joker para vencer al Caballero Oscuro y es más de lo mismo: en vez de gas, un virus. Me quedo con el momento en que le dice que Batman ya es aburrido para él. Parece reflejar lo que yo también siento por Batman, pero por el Batman de Snyder.
James Tynion IV realiza una serie de historias complementarias sobre el Joker, siendo la mejor una ilustrada por Roge Antonio en la que el villano le hace la vida imposible a un periodista que realizó una editorial sobre él asegurando que sólo era alguien sin un amigo. Entonces, el criminal se ha propuesto hacerse su amigo atacando a todos sus seres cercanos. La ejecución de la premisa sin embargo es larga, redundante y pudre. Es como si esta gente no supiera cuándo detenerse con una idea.
Luego hay otras con diferentes posibles orígenes del maníaco, ilustradas por Kelley Jones, Graham Nolan, John McCrea, Sam Kieth y Dustin Nguyen. Lamentablemente, en esa época este buen autor imitaba el estilo de su maestro Scott Snyder y arruina la experiencia al cometer el mismo indefendible exceso de diálogos.
No sé si volveré a leer alguna vez Final del juego.
Nota personal: 4


Comentarios
Publicar un comentario