En busca de Robin
"Todos los días pienso en el modo en que murió Damian, el extremo del frío folo de esa espada... Y en que no estuve allí para sostenerlo, para abrazarlo, para decirle lo orgulloso que estaba de ser su padre por última vez. Llegué demasiado garde para cambiar algo. Vaya héroe soy."
Batman
El rapto de los cuerpos de Damian y Talía de sus tumbas lleva al Caballero Oscuro a una sede marina de Ra's Al Ghul, en donde junto a Aquaman deberán luchar contra el ejército de Herejes, clones defectuosos de Damian que el Demonio ha puesto a su servicio. El ecoterrorista consigue huir hacia Temyschira, la isla Paraíso, en donde aparentemente podría encontrarse un pozo de Lázaro capaz de regresar a la vida a sus dos descendientes.
Acompañado de Mujer Maravilla, ambos logran impedir el ritual en la cueva donde se hallaba el misterioso cauce de propiedades místicas, pero resulta la guarida de un coloso que ataca a los tres protagonistas por igual.
Batman continúa el rastro de su enemigo en Nanda Parbat, la ciudad cambiante que ahora divisa cubierta por la nieve, pero también es momento de un reencuentro no deseado con Frankenstein, quien sigue furioso por cómo el Murciélago lo desmembró anteriormente. No obstante, acepta las increíbles disculpas del Caballero, al comprobar que ha aceptado el destino y sólo desea dar sagrada sepultura a su hijo.
La pelea con Ra's no puede dilatarse: el villano ha decidido utilizar los sarcófagos de Talía y Damian en un pozo antiguo que no solo restituiría la existencia de ambos, sino que también resetearía sus conciencias, volviéndolos moldeables para sus funestos fines. La guerra entre ambos se desata sin la elegancia y el arte acostumbrados, entre estos dos contrincantes que ya no se respetan. Las espadas y finos movimientos son reemplazados por golpes brutos, puñetazos y magulladuras propias de un combate callejero. Pero son interrumpidos por un grupo de parademonios y un esbirro de Darkseid llamado Glorius Godfrey, que reclama a ambos algo llamado Fragmento del Caos, una extraña piedra de poderes misteriosos que Ra's ha conseguido y que ha depositado en el sepulcro de su nieto.
Entonces, forzados a aliarse contra la amenaza extraterrestre se baten contra las huestes, ayudados por la Liga de la Justicia que acude al llamado del Encapotado. No obstante, si bien el grupo de héroes ayuda a contener la amenaza no impide que el ataúd de Damian sea robado y teletransportado al planeta de Darkseid.
Batman entonces tiene una epifanía rememorando sus hazañas con Superman y descubre que hay una posibilidad de ir a Apokolis y retornar a su hijo a la vida. No la tendrá fácil, ya que sus propios colegas de la Liga se niegan a sumarse en tan arriesgada empresa ni aún a permitirle que se dirija a tan tenebroso destino. Por ende, él deberá distraer al resto de los héroes para robar de la Atalaya una armadura que todos sus compañeros forjaron para ayudarlo en combates contra criaturas más poderosas: la Hellbat. Curiosamente, sólo Lex Luthor, miembro reciente del grupo, lo ayuda a utilizar un boom tubo y que vaya en busca de los restos de su hijo y una endeble luz de esperanza.
Peter Tomasi empieza su despedida de la serie llevando el tono a la aventura con tonos que bordean la épica y con tintes que recuerdan a las epopeyas griegas e incluso bíblicas. Un Batman dispuesto a todo por su hijo y que se da de mamporros con enemigos sobrenaturales e incluso aliados como Shazam y Lex Luthor, desconociendo otra cosa que no sea su objetivo.
Patrick Gleason, Doug Mahnke y Andy Kubert aportan su talento y dinamismo, en una trama con mucha acción y coloridas batallas, que orillan pero no terminan de caer en el lugar común del fanservice puro del Batman indestructible.
Nota personal: 8


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