Ciclo de violencia
"¿Listo para emprender un viaje junto al fantasma de las navidades presentes?"
Espantapájaros
Una ola de secuestros de niños sacude Gotham, ya sea desde lugares públicos como sus propias casas. Y cuando son hallados, se encuentran alterados, con la memoria borrada, tensos, claramente traumados. La incógnita de qué les retrae a ese estadío está en uno de los más infames delincuentes que han podido existir: Jonathan Crane, el Espantapájaros.
En esta historia también podemos conocer a una nueva novia de Bruce Wayne, la pianista ucraniana Natalya Trusevich quien solicita a su flamante novio más espacio en su vida, que le dé más espacio a lo cotidiano y no sólo a recepciones y eventos esporádicos.
Gordon ha caído secuestrado por el perpetrador, y podemos descubrir que en una rústica casa de barrio (detalle que a mí gusto le proporciona un pintoresco cuadro que me encanta), está llevando sus propios experimentos con niños, "obsequiándoles" una sustancia que suprime sus miedos. ¿Pero qué ocurre cuando una niña se compadece de este monstruo e incluso hasta le regala un dibujo?
Batman localiza la zona y es atrapado por el villano, que lo somete nuevamente a sus toxinas, pero también a un profundo psicoanálisis interno que le hace permitir elaborar en su mente si realmente estaba condenado a ser el héroe amigo de la oscuridad, o simplemente alguien que eligió ese camino porque precisamente no quiere claridad y compromisos en su vida. Sin embargo, es más interesante para el narrador comprender la infancia del propio Crane, quien también fue víctima de su padre desde temprana edad, encerrándolo en un mugroso sótano y tomando notas de su conducta y parámetros vitales ante el terror. De ahí viene el título del cómic, con la repetición de lo aprendido desde pequeño.
Greg Hurwitz realiza un estupendo trabajo que no baja de excelente al presentar a uno de los más conocidos enemigos de Batman dándole un enfoque más global y humano de lo que suelen atribuirle, conociendo sus propios miedos y debilidades. Que el Encapotado reevalue sus prioridades afectivas y lo enmarque eso en su hijo, con quien tiene palabras de afecto sincero y su nueva pareja también es un notable y emocionante cambio con respecto al rencoroso robot enojado al que muchos autores toman como modelo.
David Finch continúa con su estilo gráfico para deleite de los lectores, con escenas y personajes vívidos, momentos atroces y brindando un verdadero regalo a la vista.
Ojala hubieran más cómics así, redondos por donde se los mire.
Nota personal: 10


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