Bajo la capucha parte 2
"Yo pensé que... al matarme... que sería la última persona a la que permitirías que lastimara. Si hubieras sido tú al que hubiera golpeado hasta dejarte como una masa sangrante. Si hubieras sido tú al que hubiera dejado en agonía. Si te hubiera arrebatado de este mundo no hubiera hecho otra cosa que revisar el planeta en búsqueda de ese montón de mal, esta basura que solo merece morir y lo hubiera mandado derecho al infierno."
Red Hood
Black Mask descubre por el peor de los modos que lo que creía una molestia menor se ha convertido en una amenaza real al ver cómo ha masacrado a sus hombres y ampliando su territorio, llegando a disparar con un lanzacochetes a su propia oficina y volatilizándola.
Es entonces cuando Deathstroke ofrece sus recursos como miembro de una sociedad de villanos que forma con Lex Luthor, cediendo el uso del capitán Zombie, Hiena y el Conde Vértigo a quienes utiliza para atacar a Red Hood. Batman se une en su defensa para poner la piel de gallina en los fanáticos de volver a verlos en equipo, llegando incluso a utilizar de manera mecánica estrategias ensayadas años atrás. No obstante, la ejecución del nazi por parte de Todd deja bien en claro que no es lo mismo que antes ni lo volverá a ser.
Máscara Negra capitula una tregua en tanto con Red Hood a cambio de que el primero elimine a todos sus lugartenientes, a lo que accede harto y sobrepasado de la situación, deteriorando aún más su posición e inútilmente.
Batman, en tanto, recibe muestras de cabello verde que evidencian lo inevitable: Jason Todd ha secuestrado al Joker y piensa matarlo delante de él.
El último acto es impresionante. El Joker atado sin dejar de reírse de su propia suerte y su occiso reclamando a Batman no haberlo vengado tras su muerte, haberle permitido continuar con vida pese a todo el mal que ya había hecho y alejarlo de él. La tensión se palpa en cada milimetro de la viñeta cuando Red Hood pone a su amigo contra la espada y la pared a avisarle que matará al payaso y tendrá que dejarlo que lo haga o matarlo a él para impedirlo.
Un batarang logra separar al Joker de su captor, y el payaso con una bomba barre todo el edificio acabando, al parecer, con Jason Todd nuevamente.
El epílogo es la explicación a los lectores de los eventos cósmicos que llevaron a la resurrección del segundo Robin, y cómo tras salir de su tumba fue cobijado por Talía Al Ghul y cómo su daño cerebral su restituido en los Pozos de Lázaro, manteniéndose en el anonimato hasta la ocasión requerida.
Judd Winnick pone fin a su etapa de manera brillante, poniendo a Batman a luchar contra un enemigo que encarna la frustración y la culpa más grande de su carrera, un enemigo que conoce sus puntos débiles y por sobretodo un enemigo que realmente lo quiere y lo extraña, que se siente decepcionado por un padre que entiende que obró defraudandolo cuando más lo necesitaba. ¿Se puede lograr algo tan brillante?
Swane Davis se une en gráficos y lamentablemente también Eric Battle, quien arruina bastante la seriedad de la experiencia al dibujar de manera espantosa y cuasi infantil el dramático último acto.
Nota personal: 8


Comentarios
Publicar un comentario