Crímenes de guerra

 



"Acérquense. Muestren a la ciudad los rostros de quienes perdimos. No son buenos y malos, inocentes o culpables. Son quienes queremos. Amigos y familia, maridos, esposas y parientes. Nuestros maestros e hijos. Merecen justicia."

Aaron Black


Ha pasado un tiempo tras la sangrienta guerra de mafias que asoló a Gotham y han cambiado bastante las cosas. Oráculo ya no forma parte de la batfamilia, y Robin y Batgirl, tras la muerte de la novia y mejor amiga de ambos respectivamente no están en las mejores migas con Batman y se han ido a Blüdheaven. Cabe destacar también que Tim ha perdido recientemente a su padre.


Para Arturo Rodríguez, en cambio, la suerte ha florecido ya que posee su propio programa de televisión sensaciolista y vaya que levanta polvareda al presentar a un tal Aaron Black, que denuncia a Batman de reclutar y entrenar jóvenes en su lucha contra el crimen. Aún más, menciona a Stephanie Brown, delatando también su identidad secreta de Spoiler y luego de Robin, mencionando su tortura a manos de Máscara Negra y preguntádose en voz alta ¿por qué no llevó el Murciélago a la joven a un hospital de calidad donde pudo hacer sobevivido?


Batman encuentra a Black familiar, pero su discurso cala hondo en algo que venía reteniendo para sí: al llevar a Stephanie a la clínica de Leslie aún seguía con vida. Busca entonces a su amiga, para enterarse que ha renunciado y desaparecido. A su vez, los registros médicos de la ex Robin están falseados y la médica a cargo ha sido asesinada.


Aaron Black congrega a personas en la plaza para honrar a los caídos y es emboscado por el Joker y Máscara Negra, éste último vestido de murciélago. Batman siente que estos tres personajes tienen la respuesta que busca y la posible localización de Leslie, que parece haber sido secuestrada.


Entonces, en el canal rival de Arturo Rodríguez Black comparece denunciando que el periodista le ofreció protección y fue atrapado y asegura que el reportero es cómplice de Máscara Negra, dado a que sobrevivió al haber sido su rehén ocasional. Rodríguez redobla la apuesta citando a Crystal, la madre de Stephanie en el mismo horario para una entrevista. 


Ante ello, Batman logra localizar a quien comenzó a mover el avispero y charlar con él. Aaron Black es el Cluemaster, padre de Stephanie y a quien se creía muerto en una misión de Escuadrón Suicida. Y no estuvo implicado ni en la muerte de la joven ni en la desaparición de la médica. Simplemente es un padre buscando justicia por su hija.


Crystal es atacada por Máscara Negra disfrazado de Batman, aunque sin llegar a hacerle daño debe huir y tiene su encuentro con el Joker y se descubre su participación en el asunto: quiere matar a Sionis por haber asesinado a una Robin, quitándole su trabajo y oportunidad de hacerlo él.


Todos son detenidos por Batman, incluyendo Rodríguez, que se demuestra su colaboración directa con Máscara Negra ofreciéndole información privilegiada por su acceso a los medios. Pero para el murciélago aún falta una última culpable.


En el África, logra hallar a Leslie Thompkins trabajando como voluntaria, como hace desde que dejó Gotham... una vez que asesinó a Stephanie Brown, privándole atención médica en la emergencia. Ella asume su culpa y le cuenta al Caballero Oscuro que era la única manera de que sus compañeros vieran el peligro al que se exponían y que cargaría esa culpa por siempre.


Batman pone distancia entre ambos, asegurando que dará información a las autoridades y que no podrá volver a su país, que no la detiene por su pasado en común. Y alejándose en la noche, rompe vínculos con la mujer que siempre lo cuidó desde sus peores momentos.


Anderson Gabrych y Bill Willingham son los autores de una historia que comienza con tintes de investigación policial pero que termina cayendo en el recurso siempre efectista y poco esforzado de incorporar al siempre vendible Joker para levantar el interés de las masas (recurso que en Juegos de guerra fue oportunamente obviado) y termina derrapando de manera insalvable. Muchos personajes pueden cambiar su personalidad y, de hecho, todos los villanos del Murciélago dan cuenta de ello. Ahora bien, convertir al ala de cordura y compasión de su entorno en una vulgar asesina despiadada con el único fin de aleccionar a su hijo pródigo de los peligros a los que expone a la juventud es, además de contradictorio, destruir la decencia de alguien tan querido como Leslie Thompkins. Pero que a su vez esto provenga del mismo cuerpo de autores que maltratara tan violentamente a Stephanie Brown habla más de ellos que de la trama en sí. 


Pete Woods y Giusseppe Camuncoli realizan un efectivo tratamiento ilustrativo .


Nota personal: 6






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