¡Batman y Robin deben morir!
"¿Ese es Damian con un traje de Robin?"
Batman
Batman finalmente interroga al Joker en presencia de un Damian que se siene decepcionado de que el famoso desquiciado no le parezca gran cosa. El Príncipe Payaso de Crimen revela que debió cambiar las mudas ante la ausencia de su némesis y tomó el papel de Oberon Sexton, novelista al que enterró vivo. El propio villano afirma que ha venido a ayudar contra El guante negro, antes de ser encerrado por Gordon.
Mientras tanto, Simon Hurt regresa a Gotham usurpando la identidad de Thomas Wayne, fingiendo que no ha muerto y que ha regresado a poner en orden la caótica condición de la ciudad.
Batman y Gordon analizan las evidencias, vestigios y cabos sueltos de los recientes casos, la implicancia de los personajes como el Profesor Pyg, el Flamenco y el propio Joker. Piezas de dominó que fueron halladas en las escenas y su relación, en una extraña conexión que aún no pueden establecer pero cuyo análisis deben postergar cuando se enteran que el payaso pidió dialogar con Robin.
Desesperados, emprenden el regreso para impedir ese encuentro cuando son emboscados en el batmobile por los zombies creados por el Profesor Pyg, que fuera liberado por Hurt y sus acólitos. La mala fortuna cae sobre el comisario, que es capturado y entregado al líder del Guante Negro, que opera en la mansión Wayne.
El Joker logra hacer cabrear a un soberbio Damian que ha llevado una barra de hierro para torturarlo, sin embargo el villano logra producirle un breve corte que es suficiente para infiltrar su toxina de la risa y utilizarlo vía de escape. Por su propio capricho, lo conduce a dónde está situado el enemigo en común que comparten, dándole la oportunidad de que salve al nuevo Murciélago. No obstante, el Joven Maravilla es anoticiado que el payaso se ha guardado una bomba para ser él quien produzca el caos generalizado.
Dick no logra rescatar a Gordon, ya que el comisario ha sido drogado con la sustancia suprema que Pyg ha creado para manipular a las personas y lo golpea, y en esa traición el Dúo Dinámico queda detenido. Entonces, Simon Hurt dispara en la nuca de Grayson con una pistola calibre 38. Como el propio doctor informa, la herida no es letal pero puede ocasionar un hematoma que comprima el cerebro de su víctima, convirtiéndolo en una muerte en vida para el joven... a menos que Robin se una a su plebe, jurando obediencia en un ritual a Barbatos en una misa negra durante el eclipse solar que está por caer.
Damian acepta y Hurt se dispone a abrir el cofre que la Tercera Jerarquía robara en el cementerio de la mansión Wayne para leer el manuscrito interno... pero halla un batarang dentro junto a una nota que dice "te tengo", y el desconcierto que le produce la situación es aprovechada por el dúo dinámico para golpearlo. Un tercer jugador aparece en escena para equilibrar los bandos, y no es otro que el Batman original, regresado de su peregrinaje temporal y listo para unirse a la lucha. ¡Vaya si no es emocionante ver a dos Batman y un Robin luchando contra un ejército de cultistas adoradores de un demonio!
Bruce Wayne aprovecha los incisos entre el combate para preguntar a Dick contra quién pelean -lo cual da una nota cómica a la situación-, o por qué tomó el manto contradiciéndolo e incluso el hecho de que Damian sea Robin. Hurt huye a la cueva cuando sus hombres son derrotados, advirtiendo a Wayne que lo ha vencido y la ausencia de Alfred en la mansión revela que se encuentra en grave peligro. Por suerte, logra rescatarlo del fondo del lago interno.
Hurt huye a los jardines, donde el Joker lo ha estado esperando y ha colocado un arma en mitad de la distancia entre ambos para que quien la tome se encargue de otro. El doctor corre hacia ella pero es víctima de aceptar los términos de alguien tan imprevisible como irónico: el apuro impide que divise y evite pisar la cáscara de banana que el payaso ha puesto como gag definitivo y desternillante. Y mientras Batman rescata a Alfred, su homólogo con Robin derrotan a Pyg y Damian desactiva la bomba, el payaso entierra vivo al que fuera líder del Guante Negro, después de tan humillante y deshonrosa derrota.
La familia ha vuelto a salvar Gotham de los malos y la calma transitoria ha retornado. No obstante, todas las presiones, calamidades y adversidades varias han hecho reflexionar al Caballero Oscuro y decide convocar una rueda de prensa, utilizando su personalidad civil. Y ante un oratorio multitudinario, Bruce Wayne revela al mundo que él ha sido quien financió durante años a Batman, proveyendo de recursos y financiando su lucha contra el crimen. Y que, a partir de la fecha, ha decidido aumentar ese patrocinio a diferentes partes del globo, iniciando una nueva era con defensores de la justicia en diferentes países, inaugurando lo que se llamará de ahora en más Batman Inc.
Grant Morrison brinda una emocionante conclusión a su segunda etapa, cerrando la gran parte de las subtramas que fuera implantando durante su periplo. Considero que es un final justo para con los lectores, pese a que se requiera de un análisis mayor de tantos caminos abiertos por el autor en tan maratónica proeza literaria. A mi juicio, la sensación de completitud se cumple, pese al achicharramiento neural que produce ir comprendiendo todo lo que ocurre en cada frente, algunos de los cuales creo que resultan por momentos excesivos y que sobrecargan de elementos.
Y, como ha sido constante en su proceso, el autor escocés deja en cada etapa que culmina el puntapié inicial de lo que está por venir, despertando nuevamente la curiosidad del lector.
Frazer Irving y Cameron Stewart acompañan ilustrando en esta parte del viaje.
Nota personal: 8


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