Batman e hijo

 

"Padre... te imaginaba más alto."

Damian Wayne

Gordon ha sido intoxicado por el gas de Joker, cuando alguien vestido como Batman acude al rescate y utilizando una pistola dispara al rostro del payaso. El verdadero Batman, rescata a su archienemigo que continúa con vida pese al siniestro y detiene a este imitador que resulta ser un oficial de policía retirado que ha tomado el manto para ejercer justicia por mano propia.

Alfred intenta que su jefe recomponga la imagen de playboy y filántropo antes que el alger ego lo devore y lo insta a acudir a una gala benéfica para el África. En plena fiesta conoce a la ex modelo Jezebel Jet, quien ejerce actualmente la soberanía de un pequeño país del continente mencionado y pese a que desarrollan química mutua son interrumpidos por la aparición de un ejército de man-bats ninja. No hay tiempo para sutilezas a la hora de impactar.

La esposa del primer ministro de Gran Bretaña es secuestrada por éstos, y se revela que quien se encuentra tras del ilícito es Talía Al Ghul, quien va a mantener el legado terrorista de su padre liderando a su liga. Pero no es la única revelación que recibirá Batman, ya que acto seguido le informa que ha criado un hijo que ambos concibieron hace años.

Batman deberá entonces educar a un chico del cual no puede librarse rompiendo lazos porque forma parte de su sangre, a diferencia de los otros que estuvieron a su cuidado. Pero a su vez, es un chico irrespetuoso, criado para ajusticiar sin medir consecuencias y que aprovechará cada ocasión para usufructuar ese favoritismo de todo hijo de alguien importante. Damian Wayne es el choque de mundos con todo lo que Batman representa, el desafío más difícil e imposible de librarse de él. Sin embargo, también es un ser que lo admira y quiere ganarse su afecto, que quiere ser el hijo digno de tan idealizado progenitor y los acercamientos de ambos serán el núcleo más emotivo de toda esta etapa.

No podría empezar peor este forzado ya que el joven ejecuta a un villano menor y deja a Tim notablemente herido debido a sus celos por el hijo adoptivo. ¿Cómo batallar con los valores de los Al Ghul en alguien que legal y mentalmente podría ser considerado inimputable?

Luego de vencer los planes de Talía, el joven se marchará con ella, sin embargo su cercanía se mantendrá presente para luego quedar impregnado en la historia de Batman de manera permanente.

La última parte revela un ataque de un nuevo hombre vestido como Batman pero de porte gigantesco, que recuerda inevitablemente a Bane. El enmascarado logra vencerlo y es arrestado por la policía, pero la aparición de este monstruo trae reminiscencias al Murciélago de lo lo que llama los Archivos Negros. Los Archivos Negros son los casos en los que ha debido vérselas con elementos sobrenaturales como viajes en el tiempo, extraterrestres o científicos maníacos. Todo aquello que ha ocultado y reprimido durante años. Y, por su conocimiento previo de esos fenómenos, está convencido que hay un tercer Batman (sumado al que BatBane y al que disparara al Joker al principio) que está afuera, esperándolo.

Grant Morrison toma la cabecera principal del Caballero Oscuro con una declaración de principios de no dejar las cosas como estaban desde las primeras hojas. La valentía de una decís tan radical estará justificada con una larga etapa centrada en la variedad de desafíos y también entre la precisión y el cuidado de planificación. No habrá cabos sueltos ni tiros sin una motivación: habrá que armarse de paciencia y valorar las pinceladas y pistas en cada historia que hacen que la relectura sea más placentera.

Andy Kubert es el dibujante de esta primera parte, realizando un espectacular trabajo y, como nota de color, toma al propio Morrison como modelo de este nuevo personaje.

Y así empieza una etapa densa, larga y por momentos pesada que no tiene puntos intermedios entre los lectores que serán o fanáticos o detractores, pero que es, claramente, insoslayable y obligado para todo admirador del Murciélago, siquiera para criticarlo con ganas.

Nota personal: 7