Silencio parte 2
"Bruce... aún no es hora de que eches un vistazo bajo la cortina..."
Silencio
El Joker jura su inocencia mientras Batman lo golpea porque no le cree y aparentemente quiere matarlo, por lo que Catwoman interviene sin éxito, aunque oportunamente aparece Jim Gordon blandiendo un arma pese a estar jubilado -y no sé si tiene permitido ir apuntando gente en la calle- para impedir que su amigo haga algo de lo que se arrepienta, como me está ocurriendo a mí de tratar de encontrar sentido a esto.
Luego de un sentido funeral a Tommy Elliott, Batman se encuentra con Nightwing y el ex joven maravilla le dice que lo ve bien desde que está en pareja con Catwoman y que debería decirle su identidad secreta. Eso es ser oportuno. Entre ambos vencen a Riddle que ha robado un camión de caudales y si bien Batman se alegra de que cometa un crimen no emparentado con el complot contra su persona, cuando ve rastros de los pozos de Lázaro en el cajón decide que tiene algo que ver después de todo. ¿Interroga a Riddler? ¿Interroga al Joker que detuvo hace poco? No, ¡Mejor secuestar a la hija de Ra's al Ghul, así él lo busca!
Para ello recurre a Catwoman a quien le informa su verdadera identidad. Al mismo tiempo, el sujeto de gabardina se presenta al Príncipe payaso del crimen como su abogado al que libera al demostrar que sus armas no mataron a Elliott. Y resulta ser Harvey Dent, que ha recobrado su aspecto físico normal y recuperado la licencia. Así es la ley en Gotham.
Batman debe ir al desierto a pedir explicaciones a Ra's y el inmortal adversario le informa que en el cómic hacen falta peleas de espadas así que primero deben luchar. Todo para que luego le diga no sabe quién está jodiendo, pero que alguien se metió en un pozo de Lázaro y que eso no le gusta. Mientras tanto, lady Shiva va a liberar a Talía de Catwoman y luego ella misma es vencida por la que fue a rescatar en un derroche de sensualidad violenta, cumpliendo la cuota lesbo erótica promedio.
Harvey Dent, de pronto, se encuentra con Gordon, revelando que fue la pistola con la que le dispararon la que mató a Tommy Elliott y que deben defender a Batman. Le asegura que volvió a ser buen tipo e hizo lo que cualquier buen tipo haría: defender al Joker en un proceso judicial. Digo yo ¿no podría haber defendido a una anciana que va a perder la casa con el Banco?
En la cueva, Robin encara a la Felina que ya tiene permiso de entrar y salir y ella se va en una moto. En la calle casi se choca con la Cazadora que va en su vehículo, está desvariando y la ataca. El dúo dinámico interviene pero Robin es secuestrado por un tipo vendado de gabardina. Sí, el segundo. Mientras, el murciélago se las vé con el Espantapájaros, que es quien ha trastornado a la Cazadora y "evidentemente" tiene mucho que ver o al menos quiere robar alguna viñeta antes que le den protagonismo temporal a otro villano
Cuando el de las vendas se las quita frente a Batman revela ser Jason Todd, el segundo Robin que fuera asesinado y aparentemente cortó la cuerda al comienzo de todo con un batarang. Todo parece un plan para hacer bajar la guardia al caballero de la noche pero a nivel emocional. Por suerte, el tipo era Clayface disfrazado. Sino, le hubiera dicho Bruce.
Oráculo de pronto avisa que revisó la computadora de la cueva y descubrió que cuando Batman pidió a Tommy Elliott como su médico fue por sugestión post hipnótica: en la pantalla le pusieron imágenes de su viejo para que él recurriera como si fuera casual. ¡Vaya locura, no! Entonces, se reúne con quien adulteró la máquina.
Es Harold, el jorobado ex ayudante de la batfamilia del cual ya nadie se acordaba porque no aparecía en la serie desde la década pasada y afima que traicionó a su amigo a cambio de una operación que le permitió una rigidez de columna vertebral y el don de habla. Mucho no le sirve hablar, porque le disparan antes de revelar quien lo contrató. ¿Quién es el tirador? ¡El tipo vendado, obviamente! ¡El tercero! Menos mal que falta poco para el final porque sino habría cuarenta tipos vendados.
El tipo (que desde ahora llamaremos Silencio) es Tommy Elliott que alberga un odio de venganza con Bruce Wayne ya que su padre operó a su madre cuando tuvo el accidente... que él mismo provocó, rompiendo los frenos. Afortunadamente, es alcanzado por un disparo de Harvey Dent, quien sabía que se iba a producir esa pelea y fue con Jim Gordon. Por cierto, el le disparó a Elliot en la ópera, pero sabía que era Clayface. ¿Por qué si sabía todo y se había redimido no fue a decirle a Batman desde el primer número? ¿Por qué dejó que maten a Harold? Que se yo, a esta altura uno solo quiere terminar de leer.
Batman tiene un chip en la cabeza que le metió Silencio cuando se la abrió como un jamón. Ni vale la pena preguntarse para qué. Le pide a Superman que lo rompa con su mirada láser y lo hace sin dejarle ni una lastimadura. Y como si faltara una revelación, los autores decidieron que hasta ahora la trama se veía sencilla y debía haber una mente maestra más detrás de todo.
Era el Riddler. Él metió a todos los villanos en el pastel ofreciendo un rol a cada uno y actuando la resurrección de Jason para desconcentrar a Batman. Y por simple deducción, también sabe que es Bruce Wayne y se unió a Silencio porque tenían un enemigo en común. Lo que no esperaban era que Dos Caras se volviera honesto al operarse, pero después todo salió bien. Creo. Batman amenaza a Riddler que si les dice quién es, el lo acusará con Ra's de usar el pozo de Lázaro.
El murciélago queda tan paranoico y tocado por todo lo vivido que ve enemigos en todas partes y cuando Catwoman dice la palabra "silencio" la confronta preguntando si ella formó parte del plan y ella lo manda a freír espárragos por delirante.
Y así termina un verdadero blockbuster, un cocoliche de efectos especiales a lo Michel Bay que no puede negarse que entretenga, guste y divierta, pero que cae ante un simple análisis. No deja de ser una serie de retos a Batman tras otro, en lo que parece más un videojuego que un guión organizado y craneado que una historia legible. Todo es una excusa de Loeb para que el genial Jim Lee pueda dibujar la mayor cantidad de personajes de la galería del murciélago y de DC, en poses heroicas o de combate en un nada disimulado fan service.
Siendo justos, también hay que decir que los momentos de flashbacks son visualmente intensos ya que el artista cambia su estilo notablemente para hacer la distinción y se nota su capacidad al parecer deconstruirse.
Silencio sólo deja como legado la creación de un nuevo e interesante villano; un pasado en común entre la gata y el murciélago que realmente genera potencial y un cambio en la relación entre ambos de aquí en más.
¿Es recomendable Silencio? Sí. Porque no aburre. No pretende ser una obra maestra. No es denso. Incluso tiene buenas partes, memorables. Muchos pueden iniciarse en la lectura de Batman con esta historia ya que Jeph Loeb hace constantemente aclaraciones del pasado de los personajes facilitando la comprensión del lector casual. Y seguramente habrá quién lo encuentre como su cómic favorito.
Nota personal: 8


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