Santuario

 

"Escucha, Bruce. La próxima vez basta con que me pidas que compre unas cervezas y alquile unos videos de camino. ¿De acuerdo?"

Aquaman

Devin Grayson y Roger Robinson cuentan primero sobre una noche en la que Batman espera novedades de diferentes situaciones y potenciales delitos y, al no haber novedad, aprovecha la oportunidad para comunicarse con la Liga y pedirle a Aquaman ayuda para recuperar su centavo gigante, que fuera removido por el terremoto. Si bien el rey de Atlantis parece animado con la idea, comprueba que el objeto en cuestión se encuentra a resguardo bajo la caverna y le contesta irónicamente a su colega, para que reconozca que solamente lo llamó porque se sentía solo. Excelente y magistralmente, se sigue mostrando la soledad del Murciélago, cada vez más parco.

Ed Brubaker toma el mando luego y junto a Stefano Gaudiano y Scott McDaniel (cuyo estilo cartoon desmerece la seriedad de la obra) narran dos historias relacionadas al momento de universo DC de esa época: la saga Nuestros Mundos en Guerra y por ello Batman logra encontrar restos de naves extraterrestres que los agentes del FBI toman bajo su órbita de control por orden directa del presidente Luthor. También, en una cena se observa cómo el magnate ahora devenido en político suelta un aireado discurso sin dar nombres contra Wayne Enterprises por el nulo apoyo a su gestión.

Mientras todo ello ocurre, también se indaga en el pasado de los padres de Bruce Wayne y su relación con Lew Moxon, para descubrir que había bronca del segundo para con el difunto médico al no sentirse respetado en su momento. En ese impass también se analiza el odio del Encapotado por las armas de fuego al ordenarle a su guardaespaldas, Sacha Bordeaux, abstenerse de usarlas.

Batman también encuentra su revancha contra Philo Zeiss, finalmente, en una lucha en la que sabiéndose en desventaja ante quien antepone sus movimientos, requiere de Batgirl como refuerzo inesperado.

Historias cortas, contextuales pero que profundizan en el marco personal del Caballero, en uno de sus momentos ciertamente más oscuros.

Nota personal: 7