Disparo directo al corazón
"Supongo que sólo quería hablar con alguien, con un amigo, sobre ello... pero si estuvieras aquí, lo más probable es que me sermonearías. Así que tal vez me quedaré aquí un rato, Jim."
Batman
Compilación de historias simultáneas de la misma época en las diferentes series con un fuerte componente emocional
Para empezar, ocurre la esperada despedida pública de Gordon en una cena homenaje, en la que Bruce Wayne comparece protegido por su guardaespaldas Sacha Bordeaux, la cual sigue molesta por la conducta de su empleador que suele escaparse de ellas por las noches, además de su comportamiento de cretino y superficial. No obstante, las dudas empiezan a aflorar al ver que afirma jugar al golf su técnica es mala, su inexplicable aspecto musculoso y la sensación de que realiza a veces una pantomima. Y cuando en plena cena escapa hacia los baños, ella lo persigue sólo para encontrarse con Dos Caras que la toma fe rehén y toma el micrófono... y emite un discurso alabando los logros de Jim Gordon como viejo amigo, su lucha contra el crimen, su frustrada participación conjunta y del merecido homenaje de ese agasajo.
Greg Rucka y Shawn Martinbrough traen un excelente comienzo, con un inesperado giro que recuerda que la dualidad de un villano inestable no necesariamente implica que el lado oscuro domine sus acciones.
La siguiente y más breve narración engloba a Batman recurriendo a Spoiler, Stephanie Brown para localizar a Robin en la universidad en la que convive con Alfred. Lamentablemente para el joven, el método escogido por su amigo es revelar a su blonda novia la identidad secreta. Esta traición enfurece a Robin quién se aleja de Batman, acusándolo de usar a la chica para no acercase él mismo a Alfred y que Stephanie supiera que él es Bruce Wayne.
Chuck Dixon y Pete Woods son el equipo que muestra la segunda separación consecutiva en la batfamilia, que continúa alejando a sus miembros porque no tienen más remedio que irse.
Ed Brubaker y Scott McDaniel luego dan paso a una misión de Batman buscando a Deadshot, quien se rumorea que se encuentra en la ciudad y el regreso de mafioso Lew Moxon pareciera ser el motivo.
El encuentro de Wayne con la hija del poderoso hombre lo lleva a una espiral de su pasado al recordarle ella que fuera quien le diera su primer beso antes del asesinato de sus padres, lo cual lo lleva brevemente a un momento de su vida de mayor simplicidad e inocencia. Sin embargo, la decepción gana por partida doble al descubrir que el guardaespaldas de su padre no es otro que Philo Zeiss, aquel que grabara sus movimientos y del cual ahora sabemos que se ha sometido a una cirugía para aumentar sus reflejos y tras tener conocimiento anticipado de los movimientos de las personas puede vencerlas fácilmente.
La segunda y más aguda amargura es para Batman al comprobar que ella también forma parte de los negocios de su padre, dándole una visión que no hay nada que se haya podrido en su vida.
Este cúmulo de sensaciones le hacen perder enfoque y enredarse en una evitable contienda con Zeiss, logrando que ambos se desconcentren y de ese modo que Deadshot dispare a Moxon absurdamente enfrente de él.
El fracaso ante la descentración lleva al héroe a llorar a la casa de Jim Gordon, quien se encuentra de viaje. Una postal inolvidable, excelentemente ideada por Brubaker.
Devin Grayson y Roger Robinson, en tanto, regalan una página emotiva cuando Bruce Wayne es acosado en sueños por los difuntos padres de Dick Grayson, cuyo único hijo pasó a su cuidado y es poco más que un amigo para él.
Tras enfrentarse ambos a un guerrero que asegura absorber los poderes de quienes mata y ofrecer ese dudoso honor a Batman como legado, el propio enmascarado ofrece a su viejo pupilo firmar un documento legal con el que cierra el capítulo: la adopción total como hijo adoptivo y único heredero, lo que Dick accede.
Volumen cargado de momentos fuertes, que valen la pena leer en conjunto, probablemente inseparables entre sí.
Nota personal: 9


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