Corazones




 "Tercer almuerzo esta semana, Bruce. Una chica podría hacerse, ilusiones."

Vesper Fairchild 


Bruce Wayne confronta a su guardaespaldas, Sacha Bordeaux y le informa que al saber su identidad como Barman sólo le permitirá asistirlo en sus correrías nocturnas si cumple una rutina de entrenamiento de treinta días, adquiriendo la fuerza física necesaria a su criterio o será despedida. La noble mujer comienza la rutina, mientras a su alrededor debe soportar la melosa relación de su jefe con la insoportable para ella Vesper Fairchild, la ex locutora y ahora convertida en periodista.


Desde su punto de vista se puede observar la asimetría de la relación, donde es claro que el hombre finge amarla mientras ella se une cada vez más a él.


En Gotham los agentes de asuntos internos investigan la desaparición del tirador de Gordon, que resulta haber sido asesinado por la mafia gracias a un soplo de Harvey Bullock, reacio a que el hombre se quedara libre. Al conocerse esos datos renuncia al cuerpo y su lugar es ocupado por la teniente Sawyer, de Metrópolis.


También, se observa cómo en las noches la propia Vesper está investigando entre los desamparados información sobre Batman, lo cual hace al enmascarado confrontarla para que se aleje, aún siendo su novia en la vida civil.


La relación termina cuando ella lo encuentra en su piscina rodeado de voluptuosas jóvenes, hiriéndola indefectiblemente. 


Sacha comprueba que Batman está alejando a todos sus seres cercanos y sabe que será la próxima, pero además lo ve muy enfocado en detener a un ladrón de poca monta por asaltar una casa cuyo ocupante está de vacaciones. Al enterarse que es la casa de Gordon logra entender que tras ese muro férreo hay un hombre con sentimientos. Para ese momento, ella misma es obligada a usar un traje de kevlar y antifaz al acompañar a Batman, pero a diferencia de otros lugartenientes, ella lo hace sólo por mantener su empleo, que es lo único que desea.


Las últimas dos historias implican la visita del Espantapájaros para una charla motivacional en Wayne Enterprises sobre miedo al éxito. ¿Por qué alguien organizaría algo así? El final es previsible al escapar el orador y rociar de su gas la multitud. Y mientras Sacha cree ver cómo matan a su jefe, el propio Batman cumple su trabajo sin temer exponerse al compuesto del miedo. El mejor momento narrativo es éste, cuando Sacha le da una mala noticia: la muerte de Alfred. Al saber que es producto de una alucinación insiste en repreguntar y ella le brinda una noticia peor que la otra (Tim en coma por una pelea, Leslie Thompkins muriendo en su cama, Dick abatido por un disparo en una redada, Lucius Fox en terapia intensiva por un infarto...), con un reciclaje de gráficos bastante efectivo. En todos los casos Batman se niega a aceptar las declaraciones conociendo los efectos de la toxina del Espantapájaros. Al normalizarse la situación debe confrontar con los hechos: realmente Lucius Fox ha tenido un infarto y pelea por su vida.


En esos días recibe una llamada de una armería: le informan que su pistola está lista para que la retire. Bruce Wayne y Batman vuelven a tener un diálogo desglosado sobre su aversión a las pistolas y lo necesario que es que enfrente su miedo. Llorando, como una prueba personal, él termina adquiriendo una.


Greg Rucka y Davin Grayson dan sus pinceladas a estas historias con un amor incalculable a su trabajo, dejando un muy interesante contexto en el que Batman no está en su mejor momento y sin embargo mantiene su esencia para lo que deba surgir.


Shawn Martinbrough, Rick Burchett y Roger Robinson son el cuerpo de ilustradores de esta etapa.


Nota personal: 9




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