Bruce Wayne fugitivo parte 3

 "Creía que Bruce Wayne era aquel niño feliz de mis recuerdos. Pero ahora que se lo han quitado todo me doy cuenta que la máscara no es Bruce... en absoluto. Yo soy Bruce Wayne. Siempre lo he sido. "

Batman

El agente Amherst es especialista en cumplir misiones temporales, borrar las evidencias de su existencia y desaparecer, utilizando diferentes alias. Batman ha perseguido un reguero de rastros diseminados hasta llegar hasta él y termina confesando que su misión en Gotham además de financiar su operaciones mediante el narcotráfico era la de contratar a una persona para desprestigiar a Bruce Wayne sin matarlo. Y allí es cuando se conoce quién dio la orden de ejecutar a su ex novia.

Mediante Leslie Thompkins, recibe entonces el pedido de un ex oficial de policía veterano, Gary Slan que desea contactarlo. Al conocerlo desde niño, el murciélago acude a ver al hombre que, visiblemente enfermo, le solicita que resuelva el único caso que jamás pudo resolver en sus años de servicio: el asesinato de los Wayne. A su vez, asegura que es imposible que su hijo haya cometido el crimen por el que se le imputa.

Sensibilizado por el episodio, da un paseo por East End, donde sus padres fueran abatidos y donde comenzara sus andaduras como justiciero cuando se encuentra con Catwoman y entre ambos rescatan a un mafioso de los secuaces del Joker. Entonces, la Felina, le pregunta por qué prefiere defender la vida de un ser despreciable, y al quedar sólo él mismo se dan cuenta de la respuesta: porque lo aprendió de su padre.

Batman descubre que todo lo que ha hecho es seguir el legado de Thomas Wayne, quien defendía la santidad de la vida como médico y que por ello hace lo que hace. Nunca dejó de ser Bruce Wayne. Y recién entonces se replantea dos cosas: que nunca debió dejar que el apellido de su padre se manchara con una acusación injusta y, lo que es la grave, que, obnubilado por la situación, no le dió la importancia al asesinato de Vesper Fairchild.

Por primera vez visita su tumba y pide perdón arrepentido, dañado, recordando los momentos que ella le brindara a él (su perfume, su voz...) y toma conciencia de que una chica buena, que realmente lo amaba con locura fue asesinada para herirlo.

Entonces por primera vez en meses convoca a sus aliados. Ha resuelto el crimen. Tras lo más parecido a una disculpa que puede obtenerse de su parte ("no soy alguien fácil") les informa que hubo en realidad dos planes y no uno como ellos creían.

El Presidente Lex Luthor dio la orden ejecutiva de contratar a un asesino profesional para matar a Vesper Fairchild e inculpar a Bruce, resentido aún por los sucesos de Tierra de Nadie y la falta de apoyo de Wayne Enterprises. El agente Amherst contrató a un hombre que sabía que Bruce Wayne era Batman e intentó que esa información saliera a la luz. Para ello le propinó a ella un golpe en un nervio para desmayar, algo que Batgirl había aprendido de la misma persona que Bruce Wayne cuando aún no era Batman: de su padre David Cain. 

Tras tenderle una trampa y reducirlo el mercenario reconoce que odiaba ver a su hija al servicio del Murciélago y quiso ponerlo a prueba a ver si era digno de tal confianza. El propio Cain reconoce que considera debilidad el no haber acudido a su familia teniendo los mejores aliados posibles.

Obligado a confesar, se entrega a las autoridades brindando información que sólo el autor material podría conocer, exonerando a Bruce Wayne y a Sasha Bordeaux, cuya historia -y cavario- aún no ha terminado.

Lex Luthor intenta comunicarse con Amherst pero éste se encuentra ilocalizable: fue ingresado a Arkham con otro nombre e identidad.

Ed Brubaker escribe sus mejores páginas en Batman y -a mi juicio- la historia más conmovedora que se haya hecho del personaje. No sólo le devuelve su humanidad, su humildad, sino también su grandeza como el mejor detective del mundo al resolver el misterio que ni la policía ni sus seguidores aún trabajando en conjunto pudieron descubrir. El héroe ha caído, ha estado fuera de foco, intentó alejarse de su pasado y de su propia identidad para volver fortalecido, íntegro y reconciliado consigo mismo. Lejos, muy muy lejos del hipercalificado lleno de planes de contingencia y recursos ilimitados que puede con todo. Este es el mejor Batman.

Davin Grayson realiza su buen trabajo en el cómic previo, aunque las cotas más altas las alcanza su colega.

Roger Robinson, Sean Philips y Scott McDaniel grafican la historia en esta parte.

Nota personal: 10