Forajidos

 



"El problema de los justicieros se ha convertido en un problema preocupante a nivel nacional."

David Redmun


Un senador ha sido asesinado en Gotham mientras pronunciaba un enérgico discurso contra las operaciones encubiertas del Gobierno. Batman atrapa al sospechoso principal, que pese a portar el rifle humeante no recuerda hacer disparado a nadie.


De alguna forma, como en la detención se vió al murcielago arrojar a un policía por su protección, se manipula mediáticamente la verdad para hacer quedar al héroe como un peligro y el Gobierno dispone desplegar a un cuerpo militar de alta tecnología llamado los Bloodhawks para acabar con todos los justicieros, disparando a matar a la primera Ahí es donde aparece la primera falla en la trama: ¿Desde cuándo un magnicidio es menos importante que empujar a un policía? ¿Todo ese despliegue excesivamente costoso y desproporcionado por una nimiedad?


Durante toda la novela veremos a una excesiva cantidad de helicópteros patrullando (hoy sin duda serían drones) y disparando a matar a Batman, Nightwing, Robin, Batgirl, la Cazadora y a Catwoman que también cae en la volteada vaya a saber por qué. Por usar trajecito. También habrá militares con propulsores, supongo que porque quedaban bonitos. Y explosiones, muchas, muchas explosiones.


La trama es previsible, evidente y cae en los clichés del género militarista ya que no tardará en saberse que ese grupo ha sido usado para operaciones clandestinas en el extranjero. Batman incluso viaja a un país sudamericano que tiene un dictador random para revisar su computadora y hallar conexiones con el líder de los malos. 


Realmente tenía un mejor recuerdo de una obra que extrañamente fue escrita y dibujada por dos leyendas como Doug Moench y Paul Gulacy, que han hecho magia en el pasado, pero que por el año 2000 ya no estaban en sus mejores tiempos y la historia lo padece.


Gráficamente se ve bastante bien, pero a mí en lo personal me sacaba de quicio ver a los personajes casi todo el tiempo con las bocas cerradas al hablar. Y hablar precisamente... es lo que más hacen. Porque cuando no hay tiroteos ni explosiones hay reuniones (en la cueva, en edificios, en la jefatura, en el cuartel del enemigo) y en todas hay globos de diálogo notablemente nutridos de discursos y peroratas que retrasan la lectura.


No es un cómic malo en sí, de hecho tiene algunos buenos momentos. Pero es absolutamente prescindible y una vez que se termina de leer se siente alivio.


Nota personal: 6




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