Bane y el Demonio

 

"El Demonio. El Inmortal. Pensaba que eras sólo una leyenda. He visto a los hombres más duros del planeta palidecer ante tu nombre."

Bane

Ha regresado a Santa Prisca su hijo pródigo, aquel que derrotó a Batman y ahora está en busca de un objetivo no menor: rastrear sus orígenes. 

En un monasterio Bane interroga a un cura jesuita que conociera en prisión y que le confirma que su padre puede ser uno de cuatro personas que han estado en contacto con su madre: un médico estadounidense, un merecenario inglés, un suizo que fuera mecenas de la revolución fallida en la isla y uno de los jefes locales que la encabezó.

Tomando la pista del segundo sospechoso llega al Vaticano donde descubre que ese hombre no era otro qye Carlton Leah, ex miembro de la Orden de San Dumas que asesinara al padre de Jean Paul Valley. Sin embargo, las pesquisas en el domicilio de uno de los cofrades es interrumpida por las huestes de Talía Al Ghul que buscan textos pertenecientes a la Orden.

Bane es conducido al Demonio en persona y hospedado en su guarida, es notable como cada uno sabe del otro y se profesan mutuo reconocimiento, aún con sus resquemores.

Ra's Al Ghul está en la busca de la llamada "rueda de las plagas", y utiliza distintos idiomas para comunicar a su hija de los planes y sus progresos al respecto, sin sospechar que Bane conoce diferentes dialectos y finge no entender mientras emprende una búsqueda por su cuenta.

Al mismo tiempo nace una atracción de éste por la hija del Demonio que para ella es un mero filtreo, pero ambos impresionantes villanos vislumbran que puede ser el digno heredero del imperio y consorte de la hija del líder de la Liga de Asesinos.

Chuck Dixon y Graham Nolan demuestran una vez más que al ser los creadores de Bane son quienes mejor uso le dan en las historias. Un personaje inteligente, estratégico, con amplio conocimiento de mundo y de cultura general lo hacen mucho más rico en concepto que el grandote casi idiota al que lo redujeron varios de quienes recogieron el guante. 

Además, la idea de insertarlo en un triángulo con Talía es absolutamente magistral y lógica, en una gran historia sin un Batman pero cuya sombra se percibe omnipresente.

Un ejemplo de saber usar los personajes en un rol y saber dar de ellos como muy pocos saben hacer.

Nota personal: 9