Arkham Asylum: Purgatorio
"Escucha White, puede que hayas sido el gran tiburón blanco... ¡Pero aquí dentro sólo eres el nuevo pececito!"
Aaron Cash
El gran Warren White, un empresario que otrora gozara de gran prestigio y poder ha caído tras malversación de fondos y estafas reiteradas. En busca de una salida fácil alega demencia de sus actos y un vengativo juez -que fuera víctima de sus negocios sucios- determina que sea hospitalizado en Arkham por tratamiento.
Ahí comprende su horror al convivir con monstruos que desean despellejarlo y todos a su vez lo ven como "el peor hombre del mundo" por haber sido inescrupuloso con respecto a las pérdidas económicas de miles de personas en su ambición.
Si bien empieza a pasar horas de terapia y está a punto de ser trasladado al poco tiempo descubre que su propia terapeuta es en realidad una interna llamada Jane Doe que ha asesinado a la original y ha tomado su aspecto, algo que suele hacer con sus víctimas de las cuales él era la siguiente en la lista.
A partir de aquí la condena se exacerba para Warren y quiere ponerse bajo protección de Dos Caras, hasta hacer buenas migas con Humpty Dumpty, un interno que se caracteriza por querer arrrglar todo lo que está roto.
A partir de aquí la novela cae en derroteros poco previsibles ya que la locura que acecha en algunos de los muchos personajes nuevos que residen en Arkham comienzan a producir una serie de efectos que conllevan a un motín y luego un ritual de tintes lovecraftianos en los que interviene el demonio Etrigan y donde un curtido Warren White toma el poder convirtiéndose en un nuevo jefe en Arkham, como el gran Tiburón Blanco.
Dan Scott escribe una historia muy original e interesante, con una inspiración bastante prodigiosa y admirable, que impregna de amor de autor al crear de cantidad de personajes nuevos que engrosan el mundo del Murciélago (el guardia Aaron Cash que perdiera una mano con Killer Croc cual el capitán Hook de Peter Pan, la villana que asesina y personifica a quien mató, el simpáticamente tenebroso Humpty Dumpty...) e incluso explica qué actor imagina interpretándolo.
Lamentablemente al cambiar de aires hace que pierda el rumbo y lo que era la historia de un estafador normal entre locos termina en una innecesaria pelea contra fantasmas sin sentido sólo para contar algo que sin ellos pudo hacerse tranquilamente: la conversión de una persona normal en un villano.
El arte de Ryan Sook está excelentemente implementado para subrayar la enajenación del universo de la historia, contando con imágenes con más elocuencia que diálogo.
Es sin duda un cómic controversial en el que Batman hace poco y nada en sus páginas y diferente a la mayoría pero creo que merece una lectura por todo fan que se precie y que luego adopte su postura personal al respecto.
Nota personal: 7


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