Un lugar solitario para morir
"Quería que Batman y Robin volvieran a estar juntos. Y si Dick no va a ser Robin... ¡Alguien tiene que serlo!"
Tim Drake
Dos Caras ha vuelto a las andadas, cometiendo diferentes atracos y dejando pistas previas con el único fin de deshacerse de Batman de una vez por todas. El Encapotado, ensimismado en la labor de atraparlo y aún no repuesto de su duelo por Jason Todd siente que su adversario sale triunfante y no logra salir del círculo vicioso de frustración y atolondramiento.
Mientras ello ocurre, un joven llamado Tim Drake acude a Nightwing revelando que conoce su identidad secreta y la de Batman, y que está seguro que necesita que vuelva a ser Robin y acompañarlo en su lucha para que recupere su equilibrio.
La negativa de éste último a retomar su antigua identidad y el peligro de ambos referentes lo llevará a tomar la drástica decisión de tomar el papel aún vacante de Robin.
Marv Wolfman escribe uno de los mejores cómics de la historia de Batman, donde resalta la importancia del rol del compañero caído y da una lección magistral de cómo crear un personaje agradable y querible en su primera intervención: inteligente, prudente, educado, respetuoso y con ganas de aprender.
El mismo autor se opuso a retomar el status quo de regresar al dúo dinámico original, pese al pedido de la editorial y los fans y se agradece tamaña decisión teniendo en cuenta todas las resucitaciones y cambios vueltos a foja cero que se volverían la norma en los años venideros. Una lección de madurez y el peso de las decisiones, que permite a Dick ser un personaje más interesante como Nightwing que como el Robin genérico que fue en su momento. Por eso es importante que éste sea quien dé la bendición a su nuevo reemplazo y sea también un puente de unión entre él y su mentor, cuya relación quedó damnificada.
Con respecto a los demás protagonistas, es interesante la obnubilación mutua de Batman y Dos Caras, la frustración constante de no hacer caer al otro en su trampa y sentirse perdedores al mismo tiempo.
En cuánto a los gráficos, Jim Aparo vuelve a brillar, y Tom Grumett (con ayuda de George Pérez) no logra diferenciarse mucho en los trazos, lo que da más homogeneidad a la obra.
Estamos ante una colorida, optimista, y muy apreciable aventura , que no por ello pierde seriedad ni desdibuja la esencia de los héroes y villanos intervinientes.
Nota personal: 10


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