Rito de transición
"El traje acarrea tanta historia... Es decir... Dick hizo de él un símbolo que todo el mundo conoce. Jason dio su vida por él. Fallarles... en lo que tanto lucharon por construir... ¡Eso es lo que me preocupa!"
Robin
Batman y un Tim Drake en su última etapa de formación están buscando la pista de un hacker que produce desfalcos a cuentas bancarias. En tanto, los propios padres del chico en un viaje por Haití son secuestrados por un sacerdote vudú que pide rescate, con siniestras intenciones para con ellos, sea pagado o no el dinero exigido.
Batman logrará trasladarse a la isla Caribeña para llegar tarde al ritual, que termina dejando terriblemente herido al padre de su amigo y muerta a su madre por envenenamiento con belladona.
La siguiente historia aborda el estado de Tim tras la terrible desgracia que lo aflige y un Caballero Oscuro temeroso que esto lo convierta en un nuevo Jason Todd, martir con el traje de Robin por dejarse llevar por la furia en desmedro de su mente. Por ese motivo le prohíbe actuar en el caso que se encuentra investigando.
Han sucedido diversas matanzas en Gotham hacia grupos marginados como desamparados sin hogar, por parte de personas con una máscara blanca y que todas refieren haberlo hecho por capricho, liberados de inhibiciones. Batman y Vicky Vale siguen una pista común para terminar secuestrados por la mente tras esa serie de ataques conectados.
Tim, en la batcave se siente acosado por las ganas de ayudar y se fuerza a resolver el caso de manera cerebral, sopesando cada pista y característica de los crímenes y de sus victimarios. Al mismo tiempo, sueña con sus dos predecesores Dick y Jason que lo guían a cómo debe actuar y su propio miedo de no estar a la altura de la leyenda.
Al deducir que todo se trata de personas a quienes les quitaron el miedo a realizar algo espantoso comprende que el criminal detrás de todo es alguien que conoce y es muy peligroso y que por ende todo fue una trampa contra Batman para atraerlo. Entonces toma la decisión de rescatarlo, contradiciendo sus órdenes directas pero demostrando a su mentor que tiene algo que lo hace valer por sí mismo: criterio.
Alan Grant escribe en un guión digno de origen de un héroe de manera casi cinematográfica, la graduación con justicia de Tim Drake como Robin. Un héroe joven, humano, bien intencionado y sobretodo pensante. Se aprecia el esfuerzo para que el personaje sea querido y aprobado tanto por Batman como por el mismo lector, despejando el rechazo generalizado que despertaba Jason Todd por no ser un Robin adecuado. La manera de narrar nos refuerza la empatía, debo decir que la escena de Tim desvanándose los sesos, haciendo trabajo de rata de biblioteca para descubrir el patrón en común transmite una tensión e interés muy bien logrados de la que nos sentimos partícipes.
Norm Breyfogle ilustra con esplendor cada paso, ya sea desde la magnificencia de las escenas de acción al porte de los enemigos que imponen el terror como el sacerdote vudú o el villano de la segunda historia, y ni qué decir de los miedos profundos y pesadillas de los personajes.
Una de mis tramas favoritas y que sin lugar a dudas debe formar parte de las mejores. Por más que sea recurrente la idea de tragedia de los padres de quien sea Robin, están marcadas las diferencias entre quien sufre esa situación y cómo la maneja.
Nota personal: 9


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