La caída del murciélago parte 1
"Alguien nos ha sacado de Arkham con un propósito. Alguien quiere usarnos como marionetas."
El Sombrerero Loco
Luego de un último experimento de dotar de veneno a Riddler para hacerlo luchar contra Batman, Bane pone en ejecución su plan maestro para derrotarlo.
El mismo comienza con un robo de una armería militar y luego en producir una serie de explosiones en las paredes de Arkham para liberar a sus peligrosos reclusos, proveyéndolos de armas en su huída.
Con la locura más psicótica desatada y sin tiempo por perder, Batman y Robin inician un desesperado intento de mitigar el impacto de la fuga y recapturar a los internos, intento que concluye en fracaso debido a tener prioridad en el rescate de los rehenes. El propio Joker, fiel a su estilo, en lugar de escapar prefiere acosar al director médico, poniéndolo en peligro y acosando su cordura.
El Sombrerero Loco dará el primer golpe al iniciar una de sus clásicas citas de té con villanos controlados mentalmente, luego el Ventrílocuo que sin Scarface se alía con el gigantesco Amígdala en el robo de una juguetería y Victor Zsasz toma rehenes en un colegio para mujeres.
Mientras todo ocurre, Bane y sus hombres vigilan los movimientos y el estado físico y mental del murciélago, augurando el momento para vencerlo definitivamente.
Hay espacio para subtramas interesantes, como Batman dejando a Robin en un lugar secundario de refuerzo en cada ataque, sobrecargándose a sí mismo y dejando al joven en una situación de dolorosa marginación. Él mismo, por su parte, logra enfrentarse al cómplice de Bane, Pájaro.
Y como nota de color, es divertido el peregrinaje en televisión de un psicólogo justificando a los villanos dementes y sus conductas como excusa para vender su libro.
Doug Moench y Chuck Dixon dan inicio a esta saga conectando los primeros chispazos de una de las más grandes batallas a las que se pueda enfrentar Batman en su historia. Con una idea de generar un esfuerzo en aumento, el equipo creativo dispone un inicio con villanos menores (dónde el que más se destaca es Zsasz en el horror que transmite, acrecentado por el ambiente de lluvia nocturna) .
Probablemente, la sensación de caos desbordado hubiera sido mejor si se hubieran sucedido los golpes de cada engendro en simultáneo, pero el efecto de crimen sin descanso es útil para los efectos de deteriorar paulatinamente al héroe.
Jim Aparo y Norm Breyfogle, veteranos popes en los gráficos, se lucen como siempre, demostrando su amor por personajes que conocen tan bien.
Nota personal: 8


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