Año tres
"Algunas cosas no cambian. Oigo el alocado aletear retrocediendo en la oscuridad ante mí. A los murciélagos de abajo nunca les gustó mi compañía."
Dick Grayson
Mientras varios jefes de las más importantes cabezas de mafia están siendo ejecutados sin que se evidencie el perpetrador, Dick regresa a Gotham a pedido de Alfred.
El buen mayordomo está preocupado porque su jefe se ha vuelto temerario, brutal e imprudente desde el asesinato de Jason Todd y rehuye hablar del tema, llegando a borrar de la casa todos los recuerdos del niño. Dick comparte su preocupación e intenta acercarse a su antiguo mentor, si bien la relación entre ambos ha quedado cuanto menos tirante y no logra grandes resultados al respecto, pero se inmiscuye en la investigación del caso que tiene atribulado a Batman, la policía y los medios.
Asimismo, se aproxima la fecha de liberación de Anthony Zucco, el responsable de la muerte de los padres del primer Joven Maravilla y es éste quien mediante un cuaderno personal de anotaciones extorsiona al resto de los cabecillas del hampa y a funcionarios para que trabajen para él.
Marv Wolfman relata una historia de eventos con retroactividad, mediante flashbacks del tercer año del encapotado y su adopción de Dick Grayson tanto como pupilo como su compañero de armas. El esfuerzo en demostrar las diferencias entre ambos personajes se aprecia en todo momento, donde sale mejor parado Nightwing como un héroe por derecho propio y cualidades de detective que contrastan con el caracter recio y duro de Batman, en pleno duelo tras la pérdida de su hijo adoptivo. Se agradece de por sí destacar la propia orfandad de Dick Grayson, condición que nunca se menciona en su vida adulto en haras de hiperdestacar el trauma de niño de Bruce Wayne.
Pat Broderick no hace un trabajo muy destacable en los gráficos, pese a la emoción que transmite una muy buena historia y que permite que uno pase por alto determinada fealdad en varios cuadros.
Nota personal: 8


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