Presa

 "Sí, puedo entender el impulso, lo ajustado del traje. Es simbolismo. Le hace sentir endiabladamente fuerte. Y es emocionante... poder casi shamánico... desata toda inhibición... Le hace sentir ¡omnipotente!"

Hugo Strange

Han pasado algunos meses desde los sucesos de Año uno y Batman ya ha tenido diecinueve apariciones detectadas. Aún es un justiciero inexperto y en formación, que debe lidiar tanto con el elemento criminal de Gotham como con la policía que lo persigue como a un delincuente al uso.

James Gordon ya es capitán y aún se debate si forjar una alianza con el encapotado porque reconoce su capacidad en la lucha como la legitimidad de sus intenciones pero siente el apremio legal de la fuerza a la que pertenece de ejercer justicia contra él.

Ocurre entonces que en un debate televisivo sobre Batman al que asiste con el alcalde se destaca el psiquiatra experto en la mente criminal Hugo Strange. Haciendo alarde de su capacidad como analista, configura un perfil psicológico del Caballero de la Noche, perfil con algunas dosis de identificación real pero con graves distorsiones, resultando un show mediático que logra despertar el interés del Alcalde.

De tal forma, éste último decide formar una fuerza especial para combatir a Batman y comanda a un poco convencido Gordon como su jefe y Strange como un consultor especial. Esta desición pone en conflicto al capitán que decide poner a cargo a Max Cort, un oficial de policía que detesta a Batman y poco inteligente a encabezar la cruzada.

Lamentablemente para él, Cort tiene un odio visceral hacia Batman que lo lleva al fanatismo y a emplear fuerza letal con tal de detenerlo.

Por su parte, el propio Hugo Strange realiza una investigación de crímenes anteriores ya que considera acertadamente que un caso así sufrió en su pasado el hombre que ocupa la máscara y buscando las características que reconoce poseer aquella persona cree poder dar con su identidad oculta. También utiliza su carisma e influencia en los medios y en la gente para demonizar a su oponente y logrando que la opinión pública lo defenestre y vea como una amenaza.

Sin embargo él mismo desarrolla una fascinación secreta por Batman al punto de vestirse como él para ponerse en su mente, mostrando en el proceso sus propios trastornos mentales que sabe encubrir en la intimidad de su hogar.

Con todos estos elementos debe lidiar el héroe en ciernes, quién aún muestra fragilidades físicas y psíquicas como para ser afectado por un enemigo cerebral notablemente más peligroso que los que pueblan los bajos fondos de Gotham. Y vaya si se ve afectado por el ataque al que es sometido...

También hay en la historia tiempo para continuar mostrando los primeros pasos de Catwoman, aún buscando afianzarse y el inicio de su relación conflictiva con Batman, aunque ella es un mero personaje terciario y con menos presencia que otros, probablemente para no opacar con su estela el rol que ocupan. Igualmente, sirve para continuar mostrando en la cronología cómo va creciendo paulatinamente su figura e importancia.

Este es uno de mis arcos favoritos donde los personajes muestran sus diferentes y contradictorios objetivos y pensamientos, resultando en un cóctel intrigante de suspenso. La historia narrada por Doug Moench tiene puntos muy altos -los diálogos son algunos de ellos- y los gráficos de Paul Gulacy hacen justicia a lo narrado. Se destaca en el apartado gráfico el nutrido trabajo de fondo con gran cantidad de detalles, en una de las aventuras más urbanas del héroe y donde se permiten disfrutar los sucios callejones y espacios que conforman la ciudad.

Y si bien por momentos el guión cae en lugares comunes y clichés, asale airoso al brindar una historia bastante fresca, cargada de elementos de manera armónica y con actores interesantes y multidimensionales con varios factores en juego.

Nota personal: 9.