Mi principio y mi probable final y El hijo del demonio

 MI PRINCIPIO Y MI PROBABLE FINAL 




"No escogí a Jason para el trabajo. Fue escogido por el trabajo al igual que yo lo fui."

Batman


Tres historias cortas escogidas de una época de transición del personaje entre la Crisis en Tierras Infinitas y su nuevo estatus. He decidido tomar solo tres ya que en las restantes aparecen elementos cuyo grando de fantasía (una máquina para volver malvadas a las personas u la presencia de un centenario Sherlock Holmes) creo que rompen con el tono.


En la primera ocasión, el Espantapájaros, utiliza sus conocimientos para librar a deportistas de sus miedos prudenciales y los lleva a cometer riesgos innecesarios, para luego ejercer chantaje a cambio de un antídoto. Jason encuentra al villano y lucha contra él, pero termina siendo secuestrado. Batman, que ha sido expuesto a este nuevo gas desinhibidor va al rescate pero siente cómo un exceso de valentía lo tienta a cometer improdencias en una fábrica llena de trampas, por lo que debe recurrir a sus miedos internos para no ser torpemente vencido.


Luego, vemos al Sombrerero Loco (de aspecto idéntico al que presentaba en la serie de los sesenta, mayor de edad, pelirrojo y con grueso bigote) a quien se le ha dado libertad condicional y recurre a robos con analogías de sombreros. Sería una aventura más al paso, si no fuera porque Robin termina mal herido.


El cierre de esta mini saga es con Batman llevando a su compañero a la clínica de Leslie Thompkins para que le preste atención médica y se produzca una discusión entre ambos ya que ella desaprueba sus actividades de vigilancia y lucha contra los criminales. Todo esto sirve como excusa para contar los orígenes del Caballero Oscuro, con el aporte interesante de contar cómo fueron sus años de estudiante universitario cuando se disfrazaba en las clases que le interesaba para mantener una imagen de frivolidad en Bruce Wayne. El cierre, con un poema de Walt Whitman, es hermoso.


Mike W. Barr nos cuenta unas relajadas y poco pretenciosas aventuras que gradualmente inclinan su orientación hacia cierta profundidad, sin llegar ni a acariciar la seriedad que él mismo crearía en Año dos.


Este es el llamado "Batman de Alan Davis" porque su estilo gráfico -aquí acompañado de Paul Neary- genera ciertos gratos recuerdos en los fanáticos al punto de asignarle mayor importancia en este trabajo que al guionista.


Nota personal: 7





EL HIJO DEL DEMONIO



"Por ahora somos aliados y espero que podamos seguir siéndolo."

Ra's Al Ghul


Un grupo terrorista ha realizado una toma de rehenes en una planta química para robar una serie de compuestos. Al mismo tiempo, un científico especializado en el estudio del clima ha sido asesinado y sus estudios han sido sustraídos.


Batman interpreta que se trata de Ra's Al Ghul, pero ese le confíeza que se trata de un enemigo y antiguo alumno llamado Qayin, responsable también de la muerte de la madre de Talía. El demonio le pide al héroe si lidera su ejército contea este adversario en común, y al mismo tiempo tomar la mano de su hija y Batman accede inmediatamente (y sospechosamente sin ningún tipo de condición u objeción) a ambas cláusulas.


Tras un entrenamiento de las tropas no logran impedir un primer ataque donde Qayin envía un satélite al espacio para poder realizar eventos climáticos a voluntad. En ese interín Talía le cuenta a Batman que está embarazada, decisión que hace que el encapotado replantee su lucha, desee abandonar su juramento contra el crimen. Esta nueva manera de ver el mundo hace que su nueva esposa finja perder el niño de su vientre y nuevamente la venganza se hace carne en el encapotado.


Mike W. Barr es también el autor de esta novela gráfica con tintes de película de acción de la era Reagan con los clásicos condimentos de fin del mundo inminente, guerra fría, un sólo científico cambiando la historia de la humanidad... En particular no entiendo el aprecio a mi juicio desmedido de una obra donde en todo momento veo a Batman mansamente unirse a Ra's Al Ghul como si fuera la persona más confiable del mundo y a su hija como si se tratara de su gran amor y no hubiera habido jamás intereses contrapuestos.


Jerry Bringham, en gráficos, realmente hace un trabajo estupendo que me recuerda al Nippur de Robin Wood.


Nota personal: 7






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