Cuatro de una especie
"Quiero poder decir que besé a Batman antes que muriera"
Poison Ivy
Una nueva series de robos están sucediéndose y la jefa de la banda que los perpetra es una sensible mujer de cabello rojo con capacidades metahumanas: domina a las plantas y puede producir distintos tipos de venenos a voluntad usando su cuerpo.
Batman deberá utilizar su habilidades deductivas y científicas para poder contrarrestar sus toxinas y descubrir la guarida de esta formidable antagonista.
Esta historia de Alan Grant nos permite centrarnos en el primer encuentro de Hiedra Venenosa o Poison Ivy, aún mostrada más como una ladrona que una ecoterrorista y con cierta inestabilidad emocional, enamoradiza y al borde de la decepción acerca del género masculino. Está ilustrada por Brian Apthorp, con gráficos acordes a la época de publicación.
"Mi misión tenía dos propósitos: intrigarlo y confundirlo."
Riddler
Edward Nigma era un niño curioso y lleno de preguntas, que no se conformaba con las explicaciones de los adultos. Un día participó y venció en un concurso en su escuela donde quien resolviera un rompecabezas con mayor rapidez obtendría un premio. A partir de ese momento descubre los beneficios de hacer trampa para ganar lo que desee.
Al crecer, decidirá destacar por sobre el resto y- al mismo tiempo pasar por encima de todos- cometiendo delitos y dejando pistas en forma de acertijos para desconcertar a la policía. En el camino encontrará quienes en un principio lo menosprecien, luego tendrá poderosas aliadas y más temprano que tarde se las verá cara a cara con el murciélago.
Estamos ante una correcta reinvención de un villano clásico, donde se hace bien en destacar sus comienzos y triunfos que le permiten alcanzar el status de villano de valía.
Chuck Dixon es el autor y en dibujo hay un buen trabajo por parte de Kieron Dwyer.
"¡En cuánto a lo que la mente le concierne, el miedo lo es todo! Provee todos los motivos y gobierna todas las respuestas"
Jonathan Crane
Un muchacho que ha sido rechazado por su desgarbado aspecto físico desde su primeros años encuentra en el rencor el móvil para investigar sobre el miedo y la química.
Cometiendo varios delitos en el camino, alcanza el grado de profesor en psicología. Al poco tiempo, es despedido al querer demostrar sus estudios sobre ese estadío emocional de manera más morbosa posible: disparando un arma de fuego a sus alumnos.
Este hombre no encuentra otra manera de manera su frustración que disfrazarse de Espantapájaros y utilizar un gas de su invención para aterrorizar a sus enemigos y a todo aquel que se interponga en su camino.
Doug Moench nos trae una versión del origen del Espantapájaros bastante fidedigna a la original de Bill Finger con pocos o más elementos. Bret Blevins y Mike Manley le dan un tono caricaturesco a las imágenes que no queda mal.
"El murciélago es ÚNICO entre todas las criaturas del Señor."
Kirk Kangstrom
El joven doctor Kirk Langstro Langstrom no se encuentra en su mejor momento. Su sordera prematura ha empeorado e intenta por su cuenta desarrollar un fármaco a base de ADN de murciélago a fin de ampliar su rango de precisión auditiva. Sin mecenas que respalde sus investigaciones, aplica el producto en su propio organismo. Lamentablemente para él, el experimento no funciona apropiadamente y lo convierte en un enorme murciélago antropomórfico que huye cual paria de la sociedad e incluso del amor su esposa.
El tono del guión empleado por Chuck Dixon , enfatizado por el genial trabajo en gráficos de Enrique Alcatena (rotundamente gotico), le brinda al mismo un tono de tristeza que roza la tragedia y sienta muy bien, destacando por encima de las otras narraciones que conforman el volumen.
Cuatro de una especie es, entonces, ni más ni menos que historias de origen y primeras apariciones de cuatro personajes clásicos, que sin ser sobresalientes cumplen con interesar y entretener. Y, por sobretodo, llenan el hueco de cómo los conoció Batman en sus inicios como vigilante nocturno.
Nota personal: 7





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