Año uno





 "El es un criminal. Yo soy un policía. Es así de sencillo. Pero soy un policía en una ciudad cuyo alcalde y cuyo comisario utilizan a los policías como asesinos a sueldo..."

Jim Gordon.


La historia comienza con la llegada a Gotham en simultáneo y por diferentes vías de Jim Gordon, nuevo teniente de policía procedente de Chicago y de Bruce Wayne, hijo pródigo de la ciudad y huérfano heredero de un matrimonio rico que fuera asesinado a balazos dieciocho años atrás.


La ciudad es una densa humareda donde el crimen y la corrupción viven una connivencia escandalosa y que se demuestra continuamente entre los obscenos lazos que unen a políticos, mafiosos y policías, donde la justicia no tiene lugar y la esperanza de una mejora sólo reside en pocos idealistas vehementes como los mencionados protagonistas así como en el joven ayudante de fiscal del distrito, Harvey Dent.


El gran acierto de la narración de Frank Miller es en mostrar al policía como protagonista casi absoluto de la trama y demostrar cuánto le afecta su trabajo en un lugar donde no es querido; su propio matrimonio que se ve afectado tanto por este nuevo empleo como por una atractiva compañera de tareas y por... Batman.


Batman no aparece como tal hasta el segundo capítulo de la historia, ya que Bruce Wayne irrumpe en la ciudad con el afán de enfrentarse cara a cara a los criminales que pululan por la ciudad, más en un principio no encuentra método y la manera adecuada tanto como para enfrentarse al crimen como para difundir su mensaje.

Afortunadamente no alarga demasiado la experiencia de la transformación del hombre en símbolo: una de las grandes virtudes aquí es que se sabe cuando extenderse y cuando resumir ya que se engloba un año entero en pocas páginas.


Todo el cómic explotará los contrastes de ambos personajes y la necesidad de volverse aliados en un clima hostil donde la confianza en otro ser humano se vuelve tan imprescindible como extraordinaria.


Al mismo tiempo, hay lugar para subtramas interesantes que enriquecen la visión del mundo descripto, destacando la influencia de una mafia sobre todos los eslabones sociales, las diversas internas dentro de la fuerza policial y las andaduras de cierta prostituta que abandona su trabajo para dedicarse al hurto, inspirada en este nuevo hombre murciélago.


No es un cómic de superhéroes al uso y se respira el aire a novela negra a lo Raymond Chandler debido a la buena pluma de un inspirado Frank Miller y los lápices de David Mazzuchelli que enfatizan la suciedad que se respira en esta reversión de Gotham. No obstante, las escenas de acción serán buenas y memorables.


No encuentro ninguna nota floja en Año uno, es un reinicio perfecto para el encapotado y para todo su universo. De hecho, muchos de los personajes secundarios han pasado al cannon oficial y han servido con mayor protagonismo en futuras intervenciones y mucho de lo que se cuenta aquí será puntapié de interesantes ramificaciones posteriores.


Nota Personal: 10









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